Comentario
Según el mariscal Malinovsky, durante la ofensiva soviética y la toma de Stalingrado, fueron capturados o destruidos 2.000 tanques, 2.000 aviones, 10.000 piezas de artillería y no menos de 50.000 vehículos. Las cifras parecen hinchadas, pero el Estado Mayor alemán reconoció que había perdido seis meses de producción de blindajes y vehículos, cuatro meses de producción de artillería y dos meses de producción de armas individuales.
En el frente de Stalingrado, entre julio de 1942 y febrero de 1943, ambos contendientes tuvieron 1.400.000 bajas, de las que más de medio millón perdieron la vida (16).
Ante la tragedia, que conmovió hasta sus raíces al ejército alemán, Hitler ordenó la formación de un nuevo VI Ejército que hiciera olvidar al desaparecido junto al Volga.
Sólo una espina parecía hacer sangre en el Führer: la rendición de Von Paulus: "Cuando mueren tantos soldados y luego te viene un individuo así... y en el último momento enfanga el heroísmo de tantos otros. Podría librarse de todas sus penas y entrar en la eternidad, en la inmortalidad de la gloria nacional y ha preferido irse... ¡a Moscú! ¿Como puede concebirse una elección así? Es una locura".
Al parecer, lo único que Hitler no podía perdonar a Von Paulus es que no se hubiera descerrajado un tiro en la cabeza antes de rendirse.
Entretanto, la guerra cambiaba de signo. En adelante, Alemania caminaba hacia la derrota.